Me alegro de que mi madre haya muerto de Jennette McCurdy, es un testimonio dolorosísimo sobre la vida de una niña americana que cumple el sueño de su madre de ser actriz, a un altísimo costo. Esta es una obra impactante desde el inicio.

Cuando yo me topé con este libro, con la portada de este libro, lo primero que pensé fue, “ah, es la niña de iCarly”.

Soy la mayor de seis hermanos así que estoy muy familiarizada con el contenido audiovisual infantil desde 1989 hasta hace cinco años, que la última de mis hermanas cumplió diez (sé lo que están pensando). Y iCarly fue una serie de Nickelodeon que no recuerdo de qué trataba exactamente, pero me acuerdo que había una niña principal, Carly, sus dos amigos, un niño y una niña, y su hermano.

Resulta que Jennette McCurdy es la amiga de Carly, así que por eso la reconocí en la portada. Y mi siguiente pregunta fue ¿su madre verdaderamente murió o es alguna novela cómica?

Lo acepto. Me atrapó la curiosidad y el morbo que generaron el nombre del libro y la portada. Así que fue demasiado para olvidarlo y entré a Goodreads para ver si había algo sobre este título y, ahí leí que era la historia de esta chica y, el libro está super bien calificado, así que sin más, decidí tomar el riesgo. No me arrepiento, es una historia que merece ser contada, leída y compartida.

Jennette cuenta cómo, a los seis años, su madre comienza el impulso de su carrera como actriz infantil bajo la premisa de “yo siempre quise ser actriz, a ti te encantará”.

Al inicio de la historia, los McCurdy son una familia de clase baja en donde el padre debe hacer dobles turnos y, la madre es la responsable de administrar el dinero y de pedir prórrogas a los cobradores.

Debra, la madre, es una mujer fuerte, inteligente, manipuladora y desesperada por alcanzar sus objetivos a cualquier costo. Es ella la que consigue que la niña entre a una agencia de extras y así es como, a los ocho años, Jennette comienza oficialmente su carrera en la actuación.

Jennette, que es una niña inteligentísima y que ama a su madre por sobre todas las cosas, hace todo lo que ella considera necesario para que su madre esté feliz y se sienta orgullosa, sentimiento común entre las niñas pequeñas que buscan la aprobación de la figura materna.

En el año 2007, cuando Jennette tenía quince años, se estrena iCarly y la serie resulta ser todo un éxito.

Pero la autora no escribe para contarnos sus éxitos profesionales, escribe para plasmar la historia de abuso de una madre hacia su hija y, de los trastornos que esto ocasionó en una niña que lo único que buscaba era hacer feliz a su mamá.

Jennette escribe para romper los tabúes que existen alrededor de las madres perfectas. Ella misma se pone como ejemplo para demostrar que no todas las mujeres nacieron para ser buenas madres, y establece que está bien hablar al respecto.

Es importante hablar sobre los errores de las madres, es importante el normalizar este tipo de pláticas, porque el sentir de muchas niñas o mujeres que saben que sus madres se equivocaron con ellas, es de traición. Es decir, hay niñas que son objeto de abuso por parte de sus madres pero se sienten culpables de aceptarlo, sienten que traicionarán a sus madres si lo aceptan, y esto tiene muchas consecuencias negativas en el desarrollo de estas mujeres.

Y como telón de fondo, durante la construcción de la historia, la autora nos comparte también una realidad fuertísima sobre el día a día de los niños que trabajan como extras o como actores. De la competencia tan primitiva a la que son sometidos desde edades muy tempranas y, de los abusos a los que son expuestos por parte de los equipos de trabajo en las producciones.

Este es un ejercicio valiente y honesto por parte de la autora para visibilizar una realidad que por lo dolorosa que resulta, se ha mantenido oculta.

Una lectura muy recomendada sobretodo para las mujeres, porque está bien conocer este tipo de realidades para saber reconocerlas cuando las veamos. Y recomendada también para los padres de niñas, porque hay conductas de madres que podrían parecer muestras de amor desmedido, pero tal vez alcanzan otros extremos.